¿Cómo va mi dieta?

Reglette regime

martes, 31 de agosto de 2010

Nada pasa por Casualidad

Cada día me gusta más esta frase…


Y verdaderamente, hoy a 31 de Agosto, sigo pensando que nada pasa por casualidad. ¿Qué pasa? No he tenido el verano que yo deseaba y que desearía cualquier persona, ya lo se. Pero a veces, hay que saber sacar partido a lo que te viene. El otro día leí, en no se que blog, que nosotros mismos somos los que atraemos las cosas “malas” o “negativas” hacia nuestras vidas, por algo de una vibración energética que transmitimos. De tal modo que, no podemos evitar tener situaciones indeseables en nuestras vidas, pero lo que sí podemos hacer, es cambiar el modo en que nos las tomamos o las afrontamos. Si lo que nos pasa, lo afrontamos de una manera positiva, la racha de mala suerte acabará antes que si nos encerramos en decir “que asco de vida” (por cierto, inciso desde aquí, a la gente que aun no conoce la página ADV, por favor, visitadla, porque es una gran manera de sonreír).

Bueno y haciendo balance de este verano, puedo decir que no ha sido el mejor de mi vida, pero que también he conseguido sacarle jugo. La primera lección aprendida es: NO HAGAS PLANES, no sabes cuando se te van a ir al garete. Y puesto que esto es una lección que me he grabado a fuego, no se donde voy a estar dentro de un mes. Puedo intuirlo, pero como yo soy una mujer que no suele tropezar dos veces… las cosas irán contándose cuando tenga la seguridad de que efectivamente van a ser así. (y las contaré, eso espero) Posiblemente mi vida de un giro de 180º, y pase de ser “un parásito de la sociedad” a la mujer más ocupada del mundo. ¡¡Pero también puede que no!! ¿Quién sabe? (El próximo viernes, espero saberlo o por lo menos en parte) ¡¡Qué misterio ¿eh?!!
También después de casi dos meses de “retiro espiritual” en mi pueblo, volví a mi querida Granada y lo hice para comprobar que me encanta como huele a “mi casa” cuando abro la puerta, que me hace sonreír solo el estar por allí, que soy la persona más afortunada del mundo porque a mis 21 años puedo decir que tengo casa y coche…. Y también para descubrir que estos meses me han aportado madurez, fortaleza, valentía… y que ahora río con más ganas, y disfruto al máximo los momentos con amigos. Volví 3 días y no paré: enfados, reconciliaciones, reencuentros, puntos, risas, confidencias, más risas, claridad. Algunas personas, también han descubierto este cambio, así que se ve que se nota desde fuera, y eso me alegra porque parece que no es percepción mía, aunque algunos lo consideren pensamientos masculinos... ¡jaja!
Después de estos días, volví a mi “recogimiento pueblil” y dejé de ser un parasito, y descubrí que he estado perdiendo el tiempo todo este verano: me corté las uñas que habían alcanzado la longitud máxima de toda mi vida, me quité la manicura francesa (si, si, lo que leéis es verdad) y… VOLVÍ A SER UNA FISIO. Ahora tengo 4 pacientes, que hacen que me sienta reconfortada cuando veo que algunas cosas que hago por “experimentar”, por “ver que pasa”, diciendo: “a mi me dijeron que esto se hacía así” y por dentro con los dedos cruzados para que aquello funcione… realmente FUNCIONAN, y veo que mejoran y eso es una sensación indescriptible. Pero para ser una fisio que se precie, necesitaba mi camilla, que CASUALMENTE, estaba en Granada… así que no tuve más remedio que ir a por ella. Y CASUALMENTE fui en fin de semana y CASUALMENTE nos juntamos “los de siempre”, después de tiempo sin coincidir por allí. Y llegar y descubrir, que aunque pase mucho tiempo, nada cambia, y hacer cosas que hacía mucho tiempo que no hacías, y hablar hasta las mil… eso, también es indescriptible y ya da menos vértigo que mi vida de un giro, porque se que el “eje de giro” se va a estar quieto, por mucho que cambien las cosas.

Así que Gracias Yolanda, Alex, Santi (y demás apoyos) por demostrarme que nada va a cambiar y que, aunque estemos uno en Pekín, otro en Sidney y otro en Nueva York…, seguiremos siendo nosotros.

Y aunque esto vaya quedando ya un poco “tochazo”, hay alguien que se merece una mención especial. Creo que le va a sorprender un poco todo esto, pero… ¡se lo merece! Es alguien a quien siempre he querido mucho, pero mucho, mucho. Pero con la que desde unos años a atrás, compartía más bien pocos momentos. Y no voy a entrar en motivos, porque simplemente no los hay. Pero este verano, ya sea por la situación, porque yo no me he ido, porque ella tampoco, porque podíamos estar en remojo juntas, hemos compartido más tiempo. Y descubrir que por mucho que pasen los años, ella siempre será MI PRIMA ANA, con la que he compartido TANTÍIIIIISIMAS cosas, y la que ha sido mi vía de escape más cercana en estos meses. Todo esto y mucho más hacen que este parrafito vaya con todo mi cariño y mi pasión de prima dedicado ENTERO PARA ELLA. ¡¡Gracias Ana!!





Y ya…. ¡lo dejo aquí! Tanto tiempo sin escribir hace que pasen estas cosas…





Un abrazote


domingo, 1 de agosto de 2010

Por fin todo vuelve a la “normalidad”…

Pues sí, por fin vuelvo a tener un poco de tiempo para actualizar esto. Hemos vuelto a casa después de dos semanas de infarto, y aunque aun estamos adaptándonos, ya estoy volviendo a centrarme y he decidido sentarme un rato para mantener esto actualizado.


Ya os conté mis planes de verano, una entrada muy bonita ¿verdad?, bueno pues de todo eso que conté solo me fui a Almuñecar… el resto de cosas se truncaron un poquito.

Primeramente, el viaje a Portugal-Galicia, una semana antes de la supuesta salida, me llamaron para decirme que el viaje se había cambiado de fecha porque no había suficientes personas inscritas y que iban a aplazarlo hasta el 17 de Julio para ver si se cubrían las plazas. Y no habrá días en el mundo (¿no dicen que hay más días que ollas?) que justo ese día tenía una boda superimportante, de esas a las que no puedes faltar. Así que… decidí cancelar ese viaje y por suerte me devolvieron todo el dinero (me lo han devuelto al mes…, y ¡¡porque mi madre se dio cuenta de que no nos habían hecho el ingreso!! Encima de que me dejan sin viaje me querían dejar también sin dinero). –No pasa nada- dije.- Todavía me queda Nottingham- ¡Ilusa de mí!

Tres o cuatro días después de esto, me compro mi billete de avión a East Midlands, ¡rumbo a Nottingham! La tierra de Robin Hood. Pero cuando escribo al coordinador para decirle que ya tengo el billete y la hora de llegada, me contesta y me dice que por problemas de la crisis (maldita crisis… ¿quién inventó esa palabra?) no tienen suficientes usuarios como para pagar al personal y por consiguiente no pueden tener el centro abierto. Permanecería cerrado hasta el mes de Septiembre, como mínimo. –Me quedo también sin viaje- Pensé. Pero me dieron la opción de irme a un centro muy parecido en un pueblecito muy cerca de Londres. Ellos me pagarían el transporte hasta allí, ya que mi avión seguía llegando a Nottingham. ¡Todo solucionado! ¿no?

Pues efectivamente, NO. Era un miércoles, justo el día en que iba a escribirles de nuevo confirmándoles que aceptaba la opción que me proponían y que me cambiaba a Londres. La ciudad me encanta aunque ya la haya visto bastantes veces, pero seguro que me quedan millones de rincones por conocer.

Me desperté sobre las 10 de la mañana y veo en mi móvil una llamada perdida de mi madre, -¡Qué raro!- pensé, y cuando iba a llamarla a ver que quería, de repente se abre la puerta de mi dormitorio y aparece mi madre diciéndome que nos vamos al hospital con mi abuelo que estaba pachucho. Abajo, en su casa estaba ya el médico. Ella se iba en la ambulancia y yo iría en el coche.

Yo, que soy tan valiente, salgo a correr para abajo a ver qué es lo que ha pasado, sin desayunar y sin meterme nada al cuerpo. Yo que soy tan lista, sabiendo que yo estas cosas sin nada en el cuerpo no las aguanto… y llego abajo y en cuanto vi el suero, me empezó un sudorcillo frío, un temblorcillo de piernas y empecé a ver puntitos. ¡Joder, me estoy mareando! Y como no quería montar el espectáculo, disimuladamente entre todo el follón que se armó, subí a mi casa y, como pude, me hice el café más cargado que puede tomarse una persona. Aunque antes de tomármelo tuve que estar un ratito con la cabeza entre las piernas, sentada en una silla. (Pero de esto no se enteró nadie hasta horas/días después). Ya una vez recompuesta volví a bajar y, ahora sí, serví de ayuda en vez de “estorbo”. El resto ya lo sabéis. Infarto, mucho haloperidol, pillar cabras inexistentes, espantar a perros que nadie ve, vender mulas, coger cebada… vamos lo que es un “pim, pam, toma lacasitos” en toda regla. Después las cosas se fueron complicando, y ahora, por lo pronto volvemos a estar en casa, un poco más dependientes de lo que nos fuimos.

Es de entender, que con esa situación pensara: “¿Cómo me voy a ir de voluntaria? ¡si me ha salido el voluntariado en casa!” (Algún día contaré algunas de las aventuras hospitalarias) Y así fue como se canceló también mi viaje a tierras inglesas.

Ya veis, del verano que tenía planeado, a lo que ha quedado hay una “sutil” diferencia. Ya se sabe que las casualidades no existen, y que todo pasa por algo. Así que visto así, posiblemente “algo” tendría que hacer yo este verano en mi pueblo o para “algo” servirá todo esto ¿no?... Y, si no es así, la verdad consuela mucho pensarlo.




El miércoles pasado volvimos. Y el jueves, mientras comíamos, mi madre le dice a mi padre… “Que inocente es, ¿a que sí?”. ¡Ey! ¡Ey! ¡Ey!, un momento, ¿qué esta pasando aquí? ¿Qué me estoy perdiendo? (risas por parte de ambos)/ (mosqueo por mi parte). Y minutos después de hacerme rabiar un poco me sueltan: QUE TE ESTAMOS COMPRANDO UN COCHE. Mi cara de shock debió ser indescriptible…, solo sonreí y no fui capaz de decir casi nada. Eso fue el jueves a medio día… y 24h después tenía en mis manos las llaves de un GOLF gris perla, increíblemente nuevo para ser de segunda mano e que me queda increíblemente bien. (jajaja).

Mi señor padre, que es más infantiloide que yo, si cabe. Se lo quería llevar a una comida sin ni siquiera dejarme verlo. Pero ¡conseguí imponerme! No creáis, que no me dejo conducirlo. Solo me monté, lo flipé un ratito… y ¡¡¡¡se lo llevó!!!! SE LLEVO MI COCHE. EL mismo que un rato antes me había dicho, que no se podía coger en todo el fin de semana porque había que arreglar algo del seguro. Unas tres horas después, por fin volvió y pude conducirlo (pero un ratito pequeño, no os creáis) y descubrir lo cómodo y lo infinitamente chuli que es… y que es “mucho más coche que el famoso saxillo”. Pero después de volver de mí “vuelta de estreno”, el coche quedó confiscado en mi cochera, de donde no puede salir hasta mañana. Ahora solo puedo entretenerme en abrirlo, cerrarlo, escuchar música y mirarlo. Jajaja. ¡Que, otra cosa no, pero música si puedo escuchar! Vaya equipo de sonido que lleva el coche. Su anterior dueño, era el típico que le gusta llevar el coche arreglaillo y ¡no os quiero contar nada!

Por ahora estas son todas las novedades, ya os iré contando como sucede lo que queda de verano.



PD: Las fotos próximamente, que no las tengo en este ordenador.